Son las cinco de la tarde
en un pago de leyenda.
A estas horas el ombú,
se saca el poncho violeta
y lo tiende sobre el suelo
curtido de la tranquera.
No pasa una virazón.
El patio se recalienta
con un brasero e'malvones,
prendido no bien clarea,
adonde las ponedoras
van a pintarse las crestas
y cuasi siempre murmuran
su rosario las abejas.
El rancho es de palo a pique.
Parece que jué carreta;
porque entuavía se ven
entre los yuyos dos ruedas:
una, es la boca del pozo
y la otra, la manguera.
Dicen que todo era dulce:
el agua, el techo y la dueña,
una viejita muy blanca,
que dejó viuda la guerra
con cuatro hijos varones...
y se echó esa cruz a cuestas.
Sus manos son un milagro
de amor; porque sale de ellas,
tierno el pan del amasijo,
tibia la leche que ordeñan,
blanco de espuma el mantel
en el altar de la mesa,
donde esas manos bendicen
la caridá de la cena,
con la hostia de la luna
azulando la cumbrera.
Esas manos día a día,
sacan calor de la rueca,
pa antibiar cuatro pichones
que desplumó la pobreza.
Y esas manos de la madre,
con diez palitos sin juerza,
van haciendo cuatro gauchos
a rigor de potro y sierra.
Si alguna vez se enojaba
con un gurí, siempre ella,
antes de cerrar la noche,
le dió la mano derecha
para que él se la besase
con un: "perdonáme vieja"!
Nunca se pudo dormir
con un hijo en penitencia.
Y esa tarde, el más muchacho,
estando solo con ella,
olvida la ley de Dios,
levanta un puño y golpea
el pecho de aquella madre,
que es una santa de güena.
A'i nomás monta a caballo
dejándola cáida en tierra.
Y a la oración, cuando güelven
los cuatro para la cena,
está el fogón apagao
y hay un frío de tapera...
-¡Mama! - nadie le responde.
Temblando ya, la campean.
Como buscan a la altura
del corazón, no la encuentran;
porque la madre está allí,
pero sobre el piso: muerta.
Los cuatro mozos de luto,
al campo santo la llevan.
Pesaba tan poco en vida...
y aura no pueden con ella!
Doblan por las cuatro puntas
aquél pañuelo de tierra...
cain unas flores de yuyo...
se santiguan ... y la dejan.
Al otro día un vecino,
al pasar por allí cerca,
avisa que a la finada
le quedó una mano ajuera.
¡Cómo ! Se miran los cuatro
y denguno malicea,
güelven, le cubren la mano
y pa mejor protegerla,
rodean la sepultura
con un corralito'e piedra...
Y la misma tarde, un hombre
que cruza con su carreta,
le dice que vió la mano
otra vez a flor de tierra...
Entonces, al más muchacho,
le habló al 'oido la concencia;
porque se puso 'e rodillas
en el corralito 'e piedra,
bajó la frente y llorando,
pa que la madre l'oyera,
como cuando jué gurí,
dijo: "Perdoname vieja!".
Cubrió de besos la mano...
después la cubrió de tierra...
y como salía solo
para perdonar la ofensa,
dende la tarde del beso
ya descansó bajo tierra...
Y naides más vio la mano
de la madrecita güena,
que nunca pudo dormir
con un hijo en penitencia.
Rubén Antolín Heredia
Blog exclusivo de Obras de mi Autoría. Trabajos Registrados en la Dirección Nacional del Derecho de Autor.
domingo, 9 de agosto de 2015
jueves, 30 de abril de 2015
EL MENSAJERO - cuento
El castillo se destacaba imponente sobre la suave campiña
europea. El prado, cual verde terciopelo, se extendía por el ondulante paisaje
y se perdía en la brumosa distancia.
Sobre el puente levadizo, los dos guardias ya habían agotado
sus temas de charla y caminaban aburridos, pateando a veces alguna pequeña
piedra que caía al agua del foso que rodeaba la gran mole de piedra y ladrillo.
De pronto, ambos hombres levantaron las lanzas que habían
dejado en el piso y se acercaron a la entrada del puente. Un hombre se aproximaba.
- ¿Qué necesita – preguntó sin saludar uno de los guardias.
- Tengo que ver al Rey – dijo el hombre.
- El Rey no está, viajó a la ciudad y creo que vuelve mañana
– dijo el guardia, agregando - ¿y para qué lo busca al Rey?
- Le traigo un mensaje.
- ¿Un mensaje?
- Sí, traigo un mensaje de Paz – dijo el hombre.
Los guardias se alejaron unos metros y hablaron entre sí.
- Es un mensajero, seguramente viene de las líneas enemigas. Se
ven perdidos y quieren un arreglo pacífico.
- ¿Se ven perdidos? ¡Ya nos han matado miles de soldados!
- Sí, es verdad, tal vez quieren terminar todo y volver a sus
casas.
- Eso es más posible.
Ambos hombres regresaron donde el hombre esperaba y dijeron a
coro:
- Va a tener que esperar, o volver otro día.
- No, otro día no. Espero – dijo el mensajero, buscando con
la mirada una piedra dónde sentarse.
- No, acá no puede quedarse – dijo uno de los guardias.
- Si trae un mensaje debe seguir el Protocolo – dijo el otro.
- Huuuu, la bendita burocracia – murmuró el mensajero con
rostro resignado.
- Ahí viene – dijo uno de los guardias señalando a un hombre
que se acercaba.
- ¿Quién? – preguntó el mensajero.
- El Protocolo. Ese hombre se llama así. Usted tiene que
seguirlo y él le va a mostrar dónde queda la sala de espera.
El hombre llamado Protocolo se detuvo junto a los guardias
saludando apenas con un gesto.
- El señor trae un mensaje para el Rey – le dijeron.
- Que me siga – dijo Protocolo.
Los guardias, con un gesto, indicaron al mensajero que
hiciera lo indicado y los dos cruzaron el puente entrando al castillo.
Al pasar junto a una puerta, el hombre llamado Protocolo le
indicó que entrara y siguió caminando.
El mensajero entró y se sentó en un duro banco de piedra.
Una hora después - cansado de cambiar de posición en el
asiento y de caminar y mirar hacia el patio por la pequeña ventana - la puerta
se abrió y entró una mujer que el mensajero inmediatamente reconoció como la Reina.
Se arrodilló a modo de saludo, bajando la mirada, pero la
Reina dijo.
- Levántate, me han dicho que traes un mensaje para el Rey.
- Sí, un mensaje de Paz… - comenzó a decir el mensajero.
- Se lo darás al Rey, no a mí, pero mañana, cuando regrese –
dijo la Reina, agregando: - No debieron dejarte aquí, los mensajeros deben ser
recibidos como visitantes ilustres; y si vienen con un mensaje de Paz, con más
razón, estas guerras me están cansando. Sígueme.
La Reina salió de allí seguida por el mensajero. Subieron
unas largas escaleras de piedra y llegaron a un pasillo con varias puertas.
- Acá te alojarás tú – dijo la Reina -. Aquí, en la puerta
que sigue, duermo yo. Esta noche va a hacer frío, ordenaré que te traigan
comida y algunas frazadas.
El mensajero entró a la habitación y se quedó observando el
lujo que lo rodeaba, para él desconocido, sin animarse a tocar nada.
Llegó una mujer con frazadas y detrás otra con una gran
bandeja con distintas comidas, todas de aspecto sabroso.
Apenas se retiraron, el mensajero empezó a comer, probando de
todo un poco hasta sentirse satisfecho.
La noche se acercaba y el efecto de la comida hizo que el hombre
se recostara, así vestido, y se quedara dormido.
Despertó con el ruido de la pesada puerta de madera. Allí,
vestida con un liviano camisón y con el cabello suelto, estaba la Reina.
- En mi habitación hace mucho frío – dijo, agregando: - Voy a
dormir aquí, contigo.
El mensajero, asombrado, iba a decir algo, pero otra voz
femenina, desde la puerta, dijo:
- Y conmigo.
El mensajero reconoció a la segunda mujer, era la Princesa
Cesa, hermana del Rey. Una joven muy poco agraciada que rara vez salía del castillo,
pero que ahora se le acercaba con una sonrisa, una botella de champagne y tres
copas.
(El resto de lo que sucedió esa noche pertenece a otro género
literario. Como en las viejas películas de Lolita Torres, pasaremos a la mañana
siguiente.)
Cuando el mensajero despertó, la Reina había desaparecido,
pero la Princesa aún estaba allí, durmiendo a su lado.
La puerta se abrió y entraron algunos sirvientes, dispuestos
a limpiar.
- Oh, perdón… - dijeron a coro, retirándose lentamente, sin
perder detalle de lo que veían.
La Princesa no les dio importancia, se vistió y salió sin
saludar.
El mensajero, luego de un rato, con una escoba logró rescatar
su pantalón de una de las lámparas más altas de la habitación, y se vistió.
Un hombre entró trayéndole un copioso y variado desayuno.
- ¿Eres un mensajero? – preguntó el hombre.
- Sí, ¿y tú? – dijo el mensajero empezando a comer.
- Yo soy uno de los ordenanzas. Cuando era joven, fui paje en
este castillo, después me casé y ahora, en vez de ser paje empecé a ser…
En ese momento fueron interrumpidos por algunos gritos apagados
y corridas que indicaban que algo estaba sucediendo.
- Llegó el Rey – dijo uno en el pasillo.
- Llegó el Rey. Quedate aquí, ya te hará llamar el Rey cuándo
sepa que eres mensajero – dijo el ordenanza levantándose de la cama donde se había
sentado.
Efectivamente, unas horas más tarde, cerca del mediodía,
llegó el ordenanza a buscarlo. El Rey lo aguardaba.
Llegaron al gran recinto. Allí estaban los dos grandes
tronos, en uno el Rey, en el otro la Reina.
Luego del intercambio de saludos, el Rey, que parecía
nervioso, miró fijamente al mensajero y dijo:
- Me han dicho que traes un mensaje de Paz. Ya hablaremos de
eso. Hay algo más importante y urgente. Han llegado a mí algunos comentarios sobre
algo que ha sucedido aquí, en mi castillo, anoche.
El mensajero se consideró muerto y se resignó a su suerte.
Antes de que intentara una disculpa, el Rey continuó:
- Aquí, mi esposa, me ha contado todo. Al partir le encomendé
a ella el honor de mi pobre hermana. Ella reconoce haber fallado en eso. Nada
es más difícil de cuidar que una mujer que no se quiere cuidar. Y mi hermana es
joven y desconoce muchas cosas de la vida. ¿Qué tienes para decir?
El mensajero se dio cuenta inmediatamente que la Reina - que
ahora miraba permanentemente hacia otro lado - había acomodado el relato solamente
a lo que los sirvientes habían visto.
- Yo… yo no vivo aquí, no sabía… - empezó a decir el
mensajero. Pero el Rey lo interrumpió, diciendo:
- No expliques nada. Yo también he sido joven y he sentido el
impulso de la sangre. La tentación de la carne me ha llevado a cometer errores
similares, por eso puedo aceptar las cosas con una mente abierta. Resumiendo:
el honor de mi pobre hermana se ha perdido para siempre. Ella ha sido
mancillada a los veintiocho años, en plena adolescencia. Soy el Rey, y aunque
puedo comprender todo, no puedo ser débil. Esto sólo se puede arreglar de dos
formas: Con el cura o con el verdugo.
- Con el cura – se adelantó a decir el mensajero.
- ¿Con el cura? ¿Prefieres morir? – dijo el Rey extrañado.
- ¡¡No!! Con el cura… prefiero casarme – exclamó el
mensajero.
- El cura es quien se ocupa de las ejecuciones, él mismo toma
las declaraciones, condena, recibe las confesiones y mata. Así ahorramos dinero
y tiempo. El verdugo ahora está a cargo del Registro Civil y se ocupa de los
casamientros, estamos reubicando personal.
- Entonces elijo el verdugo. Me casaré en cuanto su Majestad
lo disponga.
- Bueno, será la semana que viene, hay mucho que preparar y
además, ustedes deben conocerse un poco – dijo el Rey con una sonrisa irónica.
La Reina se puso de pie, hizo un leve gesto hacia su esposo y
se retiró. El Rey, al sentirse solo, dijo:
- Es una buena mujer, pero un poco descuidada. Ahora que
entres tú en la familia, cuando yo viaje, serás el encargado de mi reino. Ven,
te mostraré lo que traje de la ciudad.
El Rey caminó hasta donde tenía algunos baúles y abrió uno.
Sacó de allí un sobre de cartón y de él un disco.
- ¡Esto es oro en polvo! – exclamó, continuando: - ¡Rubén
Mattus, un genio de la música! Este tema es excelente, no hay palabras para
definirlo, ya lo escucharemos más tarde, la Reina no quiere música a esta hora,
ella es muy cuidadosa de los detalles, ya la conocerás.
- ♪♫ ♪ ♫ Salta,
salta, salta, pequeña langosta, quieren alejarte de mí a toda costa ♪ ♫ ♪ ♫ - cantó el
Rey a media voz dando saltitos por la sala - ¿No te parece genial? El modo en
que el poeta se refiere a la muchacha, a su amor, comparándola con una grácil
langosta. Un insecto acrídido, la imagen de la belleza y la plasticidad de movimientos. Este
Rubén Mattus es un capo, ya mandé a pedir toda su discografía.
Revolvió
un poco más en el baúl y, con evidentes signos de estar emocionado, sacó cuidadosamente
otro sobre
-
Esto… esto… - balbuceó conmovido – Esto casi me ha hecho llorar. Es del mismo
autor. Escucha, trataré de cantar una pequeña parte: ♪ ♫ ♪ ♫ Que la dejen ir al baile sola ♪ ♫ ♪ ♫ Que la dejen ir al baile sola ♪ ♫ la chica ya es grande y se sabe cuidar ♪ ♫ ♪ ♫… ¿No es tremendo esto? ¡El mensaje! ¡El mensaje oculto hacia los padres
sobre protectores, que no confían en sus propias hijas! ¡¡¡Ahí lo dice: “la
chica ya es grande y se sabe cuidar”!!! ¡Claro que sabe! ¡Hay que confiar en la
juventud! ¡Mira! – se levantó la manga y mostró su peludo brazo – Se me ha puesto
la piel de gallina.
En ese momento entró la Reina y preguntó a su esposo:
- ¿El señor va a almorzar con nosotros?
- Sí, por supuesto, ponle un plato junto al de mi hermana.
La Reina se retiró y en ese momento, el Rey se puso serio.
- Bueno, ahora volvamos a lo tuyo; cuando llegué - además de contarme lo
que habían visto en tu habitación – me dijeron que eras un mensajero. ¿Es así?
- Sí, llegué aquí con un mensaje. Un mensaje de Paz – dijo el hombre.
- A ver, ¿cuál es ese mensaje de Paz? – dijo el Rey.
El mensajero pensó un momento, para recordar con exactitud el texto del
mensaje, y dijo:
- Dice que a ver si se dejan de hacer quilombo de noche con
esa música de mierda que no dejan dormir, que si siguen así les va a romper
todos los vidrios del castillo.
- Pero… ¿quien dice eso? – balbuceó el Rey sorprendido y sin entender.
- El señor Paz, el vecino que vive atrás del Castillo - dijo
el mensajero -. Yo le hago los mandados y me tira unas monedas… ¡Ojo, está re
caliente y tiene una honda, es capaz de hacerlo!
El Rey se quedó mirando al
mensajero con la boca abierta. Su rostro permaneció inexpresivo y pálido mientras
sus ojos recorrieron todas las tonalidades del arco iris hasta detenerse en el
rojo furioso.
ü
El mensajero fue velado a cajón cerrado y sepultado
al salir el sol.
ü
El señor Paz y su familia siguen viviendo detrás
del castillo.
ü
El rey bajó el volumen de su tocadiscos.
ü Rubén Mathus sigue
viviendo de eso que hace.
jueves, 19 de marzo de 2015
- VENDIMIA EN CLAVE DE SOL - Guión Vendimia Departamental 2007
VENDIMIA EN CLAVE DE SOL
Seudónimo del autor: “Sebastián
de Tahal”
Del nombre elegido: El nombre “VENDIMIA EN CLAVE DE SOL”,
que recomiendo en primer término, se debe a que el libreto descrito a
continuación está concebido para un espectáculo esencialmente poético -
musical. La totalidad del texto a cargo del relator o locutor está versificada,
y los temas musicales señalados han sido cuidadosamente elegidos y son
fundamentales para expresar en su totalidad las ideas del autor. Títulos Opcionales según Reglamento: “Vendimia
en Clave de Esperanza” o “Vendimia en tiempo de Esperanza”
De la Escenografía: El libreto solamente exige Cuatro(4)
detalles ineludibles en el fondo visible del escenario:
1)
Un lugar o altar específico donde se
depositará la Virgen de la Carrodilla.
2)
Un detalle central que en el cuadro
determinado simulará ser la Cordillera de los Andes. (Puede estar allí todo el
tiempo o aparecer en el momento indicado, incluso con un efecto lumínico)
3)
Una pantalla donde proyectar imágenes, preferentemente
ubicada en el centro del escenario, a una altura adecuada y sobre el detalle
anterior.
4)
Un pequeño escenario, a una altura
considerable, donde una bailarina vestida e iluminada adecuadamente, con expresión corporal libre y
a determinar, simulará ser el Sol naciente.
Por supuesto se sobreentiende la necesidad de un adecuado
juego de luces y sonido de primer nivel en cuanto a potencia y fidelidad.
Del Afiche: Aunque no es el campo específico de esta
convocatoria no quiero desperdiciar la oportunidad para sugerir que, en caso de
ser éste el libreto favorecido, el afiche a elegir contenga, como condición, un
viñedo que represente un pentagrama, encabezado por una Clave de Sol y donde
los racimos marquen notas musicales o, como segunda opción, la silueta de una
guitarra donde las cuerdas se confundan con el dibujo de una viña espaldera.
Otros detalles menores
sobre la escenografía:
Además de lo señalado en
el encabezamiento respecto a la parte posterior y visible del escenario, en
determinados cuadros serán necesarios sobre el mismo algunos elementos que
podrían estar situados allí desde el inicio del espectáculo, ubicados de forma
que no interrumpan el desplazamiento de los bailarines ni afecten el contenido
de los otros cuadros: En un rincón (cerca de la entrada principal de los
protagonistas) se verán algunos tachos de cosecha apilados. Una enramada
pequeña, (que puede estar dibujada o sugerida de algún modo en el fondo)
algunos cajones o fardos de pasto, herramientas de labranza, sillas de paja,
una mesa pequeña y un horno de barro. Éste debe estar ubicado contra el fondo
del escenario y cerca de una escalera de bajada del escenario. En determinado
cuadro de índole cuyana, por una abertura oculta en el fondo del horno, se
introducirán empanadas calientes. Las mismas, una vez extraídas por el frente,
serán servidas a las autoridades y reinas presentes. Otro detalle que creo
daría un toque tierno y a la vez realista al citado cuadro cuyano, sería la
presencia de un perro manso, preferentemente un galgo, sobre el escenario.
Aunque no pertenece al
libreto, además de los detalles apuntados, el escenógrafo deberá tener en
cuenta el trono para la reina que será elegida inmediatamente después de terminado
el espectáculo.
Los puntos señalados
anteriormente referidos a cuadros cuyanos, tradicionales e ineludibles en este
festejo de fin de cosecha, no deberían ocupar mucho espacio útil. Se propone
que el resto del escenario sea luminoso, muy colorido y moderno. Los colores
del escenario, de las luces y la expresión de los bailarines tendrán la
responsabilidad de despertar las emociones del publico por medio de los ojos.
La poesía y la música buscarán el mismo objetivo por los oídos. La voz del
locutor se escuchará en off y estará grabada junto a la totalidad del guión,
incluyendo esta grabación todos los temas musicales a bailar. Los mismos
estarán marcados en la grabación en distintos “traks” que permitan la supresión
a agregado de música o efectos sonoros. Solamente en el cuadro final el locutor
aparecerá personalmente sobre el escenario para simular decir en vivo el
párrafo que da por terminado el espectáculo. A fin de asegurar la realización
normal del espectáculo, al inicio del mismo, además del archivo en computadora
se deberá contar con: al menos dos CDs con el mismo archivo, compactera y demás
elementos de sonido listos para suplir cualquier falla imprevista.
Ð VENDIMIA EN CLAVE DE SOL
Ñ
|
|
Acción e Imagen
|
Voz, sonido y música
|
Primer cuadro –
Introducción – La Cosecha:
El espectáculo comienza
con el escenario a oscuras. Se empieza a escuchar con alto volumen el tema
musical inicial. Después de unos segundos desde el lado derecho del escenario
entran en fila un grupo de hombres y mujeres vestidos a la usanza cuyana: los
varones con ropa de trabajo con las mangas de la camisa abrochadas, pañuelo
al cuello y alpargatas; las mujeres con largas polleras, camisas abrochadas
totalmente y pañuelos en la cabeza. Los hombres llevan tachos de cosecha y
las mujeres tijeras. Realizan expresión corporal sobre el primer tema musical
determinado y a la vez simulan estar cosechando. Sobre la pantalla se
proyectan imágenes o filmaciones de la cosecha. Cuando termina el primer tema
musical (la cosecha) y, sin pausa, comienza el segundo, (el fin de la cosecha)
los bailarines, gradualmente, van dejando los elementos de trabajo apilados
en el rincón elegido para los cuadros de carácter cuyano, donde ya estarán
los demás elementos sugeridos al principio. Cuando este segundo tema musical
se acerque a su final, el grupo, siempre dentro de la expresión corporal
diseñada al efecto, irá abandonando el escenario dejando en él a un solo
labriego.
|
Temas de base para este
cuadro inicial: “Atacameño” y “Chirihuanos” del Grupo “RAYMI”.
|
La cosecha ha
finalizado y se siente cansado. Se seca la transpiración de la frente, se
sienta sobre un cajón y se frota las manos doloridas. Aunque el texto que se
oirá a continuación, en off, está dirigido a él, no demostrará oír nada. Este
mismo labriego (un bailarín) permanecerá en el escenario durante la mayoría
de los cuadros, en algunos como espectador y en los que se determine
integrándose al grupo de baile.
|
Sin pausa, al terminar
los dos temas del cuadro anterior, comienza una melodía instrumental a
determinar que acompañará la acción del labriego y servirá de fondo a las
palabras del locutor durante todas las partes del espectáculo donde no se
especifique lo contrario. Para este fondo se ha pensado en el tema “El
viento entre los árboles” de Daniel Altamirano. (Extraída la voz con el
programa de computación Karaoke)
|
Locutor:
Mendocino, ¿qué te digo
que no sepas por la
tierra?
Desde que abriste los
ojos
Ella ha sido tu
maestra.
Hoy, a tu verde viñedo
Llegó el tiempo de
cosecha
y tus manos se han
teñido
entre vendimia y
melezca.
¿Qué puedo decirte yo
que no sepas por la
tierra?
Desde que tienes
memoria
tu paisaje fue el
viñedo
Él te conoce de niño,
sabe de todos tus
sueños
reconoce tu alegría
al ver el trabajo
hecho.
¡Déjalo que sea él
quien te regale esta
fiesta con olor a vino nuevo!
|
|
Segundo Cuadro Musical:
Festejo - La Alegría del Fin de Cosecha.
Entran varios
bailarines de ambos sexos. Aunque el tema elegido es una cueca en versión
instrumental, la coreografía deberá alejarse de la tradicional y estará dirigida
a representar la alegría del fin de la cosecha. Los bailarines deben ser los
mismos que han aparecido como cosechadores en el cuadro anterior, pero pueden
haber cambiado detalles de su atuendo. Las mujeres pueden haberse soltado el
cabello y los hombres pueden tener ahora los puños de la camisa doblados y el
cabello mojado, dando la impresión de que se han refrescado. El labriego se
unirá al grupo.
|
Tema musical sugerido
como fondo y base de la expresión corporal: “Cueca del Reloj” – en la versión
del Trío “Vitale – Baraj – Gonzalez” o del grupo instrumental “Huella Pampa”.
|
Los bailarines
abandonan el escenario dejando solo al labriego del segundo cuadro. Con un
cambio de luces escénicas se indica un cambio de cuadro. El fondo musical
deberá ser siempre continuo y sólo respetar las pausas debidamente indicadas
en el guión.
|
(Con el fondo musical señalado.)
Locutor:
Otro año, otra
esperanza,
un horizonte distinto
Allá, detrás de los
álamos,
viene anunciándose el
frío.
Tu corazón, el del
hombre
que conoce su camino
no abandonará esta
tierra
que huele a patria y a
vino.
Tus manos aún conservan
el color de la uva
tinta
y tus hombros tiene
marcas
donde el tacho se
apoyó.
Pero tu rostro
sonríe...
no has perdido la alegría
¡¡Otro año, otra
cosecha, ...
has cumplido tu labor!!
|
Tercer Cuadro Musical:
Tonada tradicional sobre el tema de la cosecha.
Por lo representativo y
por el aprecio del público local se sugiere la presencia en vivo del
cantautor local Anselmo de Mendoza. Si esto no fuera posible se deberá
recurrir a algún otro cantor cuyano local reconocido por el publico. (Carlos
Hernández Nieto o Chiche Flores) Éste, con una guitarra en sus manos, entra,
se abraza con el labriego que ha permanecido en el escenario, se sienta en
una silla o en un cajón y comienza a cantar una tonada. (Se reitera que, para
mayor seguridad y fidelidad auditiva, toda la música debe estar grabada previamente)
|
Se sugiere alguna
tonada sobre el tema específico de la cosecha o sobre el tema de la amistad.
|
El cantor se despide
del labriego con un abrazo y se retira. El labriego vuelve a sentarse y
permanecerá allí durante todo el cuadro siguiente.
Un cambio de luces
indica un cambio de cuadro. En la pantalla comienzan a proyectarse imágenes
de un barco con inmigrantes, en medio del mar. (Estas imágenes peden
extraerse de alguna película documental sobre el tema.)
|
Con fondo musical
apropiado recomienza el locutor:
Llegaron alguna vez
navegando su dolor
mirando atrás y
llorando
lo que dejaban allá.
Las lágrimas que caían
se mezclaban con el mar
como buscando un olvido
que no habría de
llegar.
Son ellos, los
inmigrantes,
los que llegaron sin
nada
y recibieron la tierra,
así nomás, como estaba,
Ninguno olvidó su
origen,
sueñan volver algún día
poder contarle a su
gente
cómo es esta nueva
vida,
cómo, con sus propias
manos,
y mucha, mucha
esperanza
hicieron un paraíso
de esta rincón
mendocino.
|
Cuarto Cuadro Musical:
Los Inmigrantes
Este cuadro es uno de
los más extensos. Está dedicado a la música y bailes de las colectividades de
inmigrantes. Sin texto intermedio ni pausa en los temas musicales, se van
sucediendo los números de baile de las colectividades de inmigrantes más
representadas en la zona. No se especifican cuáles colectividades se
presentarán ni los temas musicales que se bailarán, quedando esto a criterio
del director general del espectáculo en conjunto con los representantes de
cada grupo.
En la pantalla se
proyectan imágenes del lugar de origen de la colectividad que ocupe el
escenario. Estas imágenes pueden conseguirse en Internet.
|
Música y bailes a
determinar por las respectivas academias o colectividades de inmigrantes.
Al cambiar de
colectividad un efecto musical de fondo puede cubrir el espacio de tiempo
necesario para el recambio de bailarines.
|
El labriego se pone de
pie y se prepara. Deberá unirse a los bailarines que llevarán a cabo el
siguiente cuadro.
|
Cuando terminan,
siempre con fondo musical adecuado, recomienza el locutor:
El tiempo que no borró
las costumbres de su
tierra
fue pasando y afirmando
sus pies en el nuevo
suelo.
Su semilla ha germinado
Se han dormido los
abuelos
Tal vez marcando un
destino
que ya no tiene
regreso.
Así, de a poco y
mezclando
su sangre con el sudor
se fueron sintiendo
parte
de este rincón de
Mendoza,
¡¡Habitantes de este
suelo,
defensores de su
pueblo,
Alvearenses por
derecho,
gente nuestra, gente
criolla!!
|
Quinto Cuadro Musical –
Música y bailes regionales - Género Folklórico Argentino
En este cuadro, al
igual que se hizo en el de los bailes de inmigrantes, se suceden en forma
continua los bailes de una Zamba, una Chacarera, una Cueca Cuyana y un Gato
Cuyano. Estos temas pueden ser bailados por los mismos bailarines, cambiarse
algunos o la totalidad, según disponga el director y las academias
participantes. Simultáneamente con los bailes, en el costado del escenario
donde se han colocado los elementos antes señalados, se representa un patio
cuyano. Un grupo de folkloristas, con guitarras y en un rincón, simulan ejecutar
los temas que se están bailando. Otras imágenes teatrales autóctonas
completan el cuadro. Algunas mujeres cuyanas extraen empanadas calientes del
horno y las reparten entre las autoridades y reinas presentes. Pueden
acompañarlas de vasos de vino casero.
En la pantalla se
proyectan imágenes de viñedos, canales, acequias y/o caminos rurales.
|
Temas a bailar (en este
orden):
Zamba: “Por caminos que
son un Vergel” – Los Altamirano.
Chacarera: “Chacarera
del Soltero” – Hernán Figueroa Reyes.
Cueca cuyana: “Cuando
me voy a Mendoza” – Los Fronterizos.
Gato Cuyano: “Viejo
Cochero” – Hernán Figueroa Reyes.
|
En este momento de la
poesía recitada por el locutor,
comienzan a verse relámpagos sobre el cielo (Sin truenos todavía) que
presagian la tormenta del cuadro siguiente. Los bailarines, con signos de
temor y alarma, miran al cielo y se persignan mientras permanecen un momento
sobre el escenario. Una mujer anciana corre a hacer una cruz de sal en el
suelo. La tormenta se demora en precipitarse hasta que el locutor termina de
hablar.
|
Con fondo musical
recomienza el Locutor:
¡Qué bueno es verlos
bailar
la música de esta
tierra!
La tradición mendocina
Vive en el gato y la
cueca
Y susurra en la tonada
Versos de amor o de
pena.
Pero... a veces, es el
cielo
Quien se enoja sin
motivo
Tal vez... tal vez
celoso de verlos
Felices frente al
cultivo...
Y se queja... a su
manera
... Con el trueno... y
el granizo.
|
Sexto Cuadro: Tormenta
de Granizo
Con efectos luminosos y
de audio se representa una fuerte tormenta de verano. Los bailarines corren a
refugiarse saliendo del escenario.
|
|
La luz tenue y azul
representa la destrucción que ha dejado la tormenta. El labriego entra desde
un costado y camina desolado mirando al suelo y moviendo la cabeza.
|
Al terminar los efectos
de la tormenta, con otro fondo musical suave, que denote tristeza, el locutor
recita:
Mendocino, ¿qué te digo
que no sepas por la
tierra?
Los que te miran de
lejos
no conocen tu tristeza
Cuando el granizo se
opone
a la palabra cosecha.
Cuando tus sueños se
mezclan
entre los racimos
muertos
Cuando las lagrimas
brotan
y se hacen barro en el
suelo
Y se te escucha decir:
-
Habrá que empezar de nuevo.
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Séptimo Cuadro Músico-Teatral: El Sol de la
Esperanza
Las luces del escenario
se apagan totalmente. En algún lugar alto del escenario, aparece gradualmente
un nuevo Sol. Esta salida del sol, sinónimo de una nueva esperanza, será
representada por una muchacha vestida con color naranja flúor, con largos
flecos del mismo color, iluminada con luz negra, haciendo expresión musical
libre hasta quedar ubicada sobre un sector alto del escenario. La luz, debe
ir aumentando gradualmente y pasando de color celeste a rosa y luego a amarillo,
quedando iluminando totalmente el escenario al terminar la expresión.
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Tema musical
irreemplazable: “¿Donde vas con este Sol?” extraído de la banda original de
la película Juan Moreira o en la versión interpretada por el grupo “Huella
Pampa”.
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Cuando el sol ha
ocupado su lugar en el escenario y queda fijo en el mismo, la música baja su
volumen. Entran al escenario bailarines, vestidos como en el primer cuadro.
(Sobre la cosecha) Mientras el locutor recita, toman las herramientas de labranza
y representan el recomienzo de los trabajos rurales después de una tormenta
de granizo.
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Recomienza el tema
musical señalado como base al principio. el Locutor recita:
La esperanza está en
tus manos,
no es poca cosa
esperar.
Ese sol que te sonríe
mientras calienta la
tierra
Sabe que vas a seguir,
que no dejas la
pelea...
Se han salvado unos
racimos...
allá,... contra la
alameda.
Tu boca guarda silencio
Aunque... parece
moverse.
Le estás rezando a la
Virgen,
pidiéndole por tu
gente.
¡Por inviernos con
nevadas,
por veranos sin
tormentas!
¡¡Por la vida en su
conjunto,
por una nueva
cosecha!!
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Octavo Cuadro: Virgen
de la Carrodilla
Este cuadro,
tradicional e ineludible, se representa con una procesión con la imagen de la
Virgen de la Carrodilla. Cuatro hombres que encabezan dicha procesión
cargando en sus hombros la imagen de la Virgen entran por la izquierda
seguidos de una larga fila de hombres y mujeres portando velas. A dicha
procesión se suman los bailarines que han quedado sobre el escenario. Cruzan
hasta el altar o lugar determinado, que debe estar en el sector opuesto al de
la entrada al escenario, y allí depositan la Virgen.
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Tema Musical: “Virgen
de la Carrodilla” de Hilario Cuadros. La interpretación del mismo comienza
con el recitado que antecede este tema en la versión de Daniel Altamirano,
recitada por éste o por el locutor del espectáculo. Inmediatamente de
terminado este recitado, el tema continúa en forma instrumental. Esta segunda
parte admite dos opciones:
1)
Un inmigrante ucraniano, fácilmente identificable por su
aspecto y su ropa, se ubica en un costado del escenario y con un acordeón a
piano ejecuta en forma puramente instrumental el tema indicado.
2)
El mismo inmigrante ejecuta el tema con una armónica. Puede ser
sentado sobre el borde del escenario.
(Para grabar la música
en armónica, que es la que prefiero y sugiero en primer término: Poncho
Arriaga)
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Cuando el cuadro
termina y la Virgen está en su altar, los promesantes comienzan a retirarse.
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Con fondo musical, el
locutor recita:
El vino es sangre nueva
que se guarda en la
bodega
Es la sangre de la cepa
que está presente en la
mesa
Y entra a la copa del
hombre
para que el hombre la
beba.
Pero hay otra sangre
nueva...
Que es parte de nuestra
sangre.
Que crece junto a
nosotros,
Que se nos va de las
manos
Y se mezcla con la vida
de grandes centros
urbanos.
Es la sangre de los
jóvenes
Que tienen alas y
vuelan...
¡¡Por esa sangre yo
brindo,...
quiero esa sangre en mi
tierra!!
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Noveno Cuadro Musical :
La Juventud
Se proponen tres posibilidades. Se puede
elegir una o aceptar e incluir dos o todas en forma continua.
1)
Con algún tema rítmico
del grupo local “Vieja Cepa” un grupo de jóvenes baila o se expresa
corporalmente. Si el tema fuera “El Gran Romántico” sobre la historia de
Bairoletto, un grupo teatral podría representar el texto de la letra.
2)
Alguna academia local
podría bailar un tema conocido del género denominado Hip – Hop
3)
Un grupo de jóvenes
baila libremente el tema “Nada de eso fue un error”, grabado por músicos
locales en una versión especial con una letra sobre el tema de la cosecha. El
autor se compromete a escribir dicha letra si fuera necesario.
En cualquiera de las
opciones sugiero que, entre los participantes, se incluya a discapacitados Down
de nuestra ciudad.
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Al terminar el cuadro
los bailarines salen corriendo del escenario. Las luces sugieren un cambio de
cuadro. Mientras el locutor recita la introducción al siguiente cuadro, el
detalle escenográfico que representará la Cordillera de los Andes aparece o
comienza a destacarse con la iluminación quedando el resto del escenario a
oscuras.
Coincidiendo con la
finalización del texto del locutor, entran los dos protagonistas del
siguiente cuadro, aunque todavía sin iluminación.
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Cuando este baile
termina, la música de fondo sugiere un cambio de cuadro coincidente con el
cambio de luces.
El relator recita:
Hay un camino que pasa
por mi pueblo y se
dirige
directamente hacia el
mar,
detrás de la Cordillera
...Y hay ambiciones que
quieren
que siempre sea de
tierra.
Que cueste mucho llegar
a esa cercana frontera
donde nos espera un
pueblo
que comparte nuestros
sueños,
que quiere las mismas
cosas,
aunque hable con otro
acento.
¡¡Brindo por ese
camino...
con mis hermanos
chilenos!!
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Décimo Cuadro Musical –
Paso Pehuenche - El Vino
Este cuadro también es
extenso, pero de fundamental importancia. Alude en primer término al camino
Alvear – Malargue y su continuación hasta el Paso El Pehuenche. Expresa
también la coincidencia de sueños y costumbres entre mendocinos y chilenos,
refiriéndose como ejemplo al vino y su presencia en la poesía de ambos
pueblos. Contiene las poesías “El Vino” de Alberto Cortez y “Me gusta el
vino” del poeta chileno Tito Fernández, “El Temucano”. Estas poesías se
escuchan intercaladas y recitadas, la del chileno, por su autor, y la del
Cuyano por el locutor de la fiesta u otro elegido oportunamente.
En el escenario, uno en
cada extremo, se ubican un labriego mendocino (el mismo del primer cuadro) y
un “Huaso” chileno. Éste último viste su atuendo tradicional distintivo, con
altas botas y sombrero de ala ancha. Ambos tendrán a su lado una mesa y una
silla. A su criterio, a veces estarán sentados y otras veces de pie. Cuando
simulen recitar su parte se dirigirán cada uno al otro protagonista, no al
público, ignorando la representación escénica de la cordillera que se les
interpone, pero, se supone, no los separa. El labriego mendocino tendrá sobre
su mesa una botella de vino y un vaso y beberá algunos tragos mientras habla
el chileno. El “Huaso” también beberá a veces mientras hable el argentino,
pero de una bota de cuero. Además, éste último tendrá una guitarra que tomará
y simulará tocar en dos pequeños párrafos cantados, en la poesía respectiva.
En el centro del escenario, una imagen escénica a determinar y ya citada,
representará la Cordillera de los Andes. (Puede ser desde un simple triángulo
apoyado en una de sus bases hasta lo que el escenográfo disponga, pero no
deberá ser excesivamente alta, pues debe representar un obstáculo salvable,
que separa pero no divide a ambos pueblos.)
Los protagonistas
simularán recitar los poemas aludidos alternadamente a razón de una estrofa
cada uno. La iluminación, (a cargo en este cuadro de los dos seguidores y lo
que se haya determinado para el detalle central de la Cordillera,) cambiará resaltando siempre y alternativamente
al hombre que está hablando. (Esta parte de la grabación de base debe hacerse
por un profesional experimentado aprovechando las posibilidades que brinda la
estereofonía, enviando el sonido hacia uno y otro extremo del escenario,
coincidente con quien deba actuar esa declamación.) Para ilustrar mejor la
idea y recordar permanentemente al
público la necesidad de esa vía directa desde nuestro departamento a Malargüe,
y a partir de allí a la vecina República de Chile, en el centro, sobre la
representación de la Cordillera, en una pantalla se proyectarán imágenes del
camino Alvear - Malargüe, el Paso Pehuenche y, de ser posible, tomas del
mismo camino en el sector chileno.
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Comienza a escucharse
una guitarra en ritmo de cueca chilena. El proyector seguidor ilumina al
Huaso Chileno, que permanece quieto. La guitarra va cambiando su ritmo hasta
quedar en cueca cuyana. En ese momento la luz que iluminaba al chileno se
apaga y otro seguidor destaca la figura del Cuyano, en el otro extremo del
escenario.
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Para una mejor
comprensión del cuadro adjunto una tabla expresa con el texto de cada
protagonista, con los párrafos numerados según el orden a seguir en la grabación:
EL VINO
Autor: Alberto Cortez
Ubicación: Sector
Izquierdo
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ME GUSTA EL VINO
Autor: Tito Fernández
Ubicación: Sector
Derecho
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1)Sí señor... el vino puede sacar
cosas que el hombre se calla;
que deberían salir
cuando el hombre bebe agua.
3)Va buscando, pecho adentro,
por los silencios del alma
y les va poniendo voces
y los va haciendo palabras.
4)A veces saca una pena,
que por ser pena, es amarga;
sobre su palco de fuego,
la pone a bailar descalza.
6) Baila y bailando se crece,
hasta que el vino se acaba
y entonces, vuelve la pena
a ser silencio del alma.
8)El vino puede sacar
cosas que el hombre se calla.
Cosas que queman por dentro,
cosas que pudren el alma
de los que bajan los ojos,
de los que esconden la cara.
10) El vino entonces, libera
la valentía encerrada
y los disfraza de machos,
como por arte de magia...
12) Y entonces, son bravucones,
hasta que el vino se acaba
pues del matón al cobarde,
solo media, la resaca.
14)El vino puede sacar
cosas que el hombre se calla.
Cambia el prisma de las cosas
cuando más les hace falta
a los que llevan sus culpas
como una cruz a la espalda.
16)La puta se piensa pura,
como cuando era muchacha
y el cornudo regatea
la medida de sus astas.
18)Y todo tiene colores
de castidad, simulada,
pues siempre acaban el vino
los dos, en la misma cama.
20)El vino puede sacar
cosas que el hombre se calla.
Pero... ¡qué lindo es el vino!.
El que se bebe en la casa
del que está limpio por dentro
y tiene brillando el alma.
22) Que nunca le tiembla el pulso,
cuando pulsa una guitarra.
Que no le falta un amigo
ni noches para gastarlas.
24)Que cuando tiene un pecado,
siempre se nota en su cara...
Que bebe el vino por vino
y bebe el agua, por agua.
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2)Me gusta el vino, porque el vino es
"güeno",
pero cuando el agua brota,
pura y cristalina, de la madre tierra,
más me gusta el vino.
4)Me gusta el vino porque el vino es tinto,
"iñor"
y porque sale "chorriando del
'uva",
porque tiene sabor a campo, lindo,
y a la negra, "güenamoza", que me
gusta.
5)Me gusta el vino porque el vino es
"güeno",
porque lo saca el trabajo de la tierra,
porque emborracha, cuando uno está sereno,
y porque alegra cuando uno tiene pena.
7) Me gusta el vino porque chicotea
cuando uno anda de lacho,
por ahí, y no se anima, "poh iñor"
cuando canta en la rodaja de una espuela
o dibuja, en pintitas, la enagua de una
"china".
9)Me gusta el vino por eso, porque es vino
y porque está en el "aro" de la
"cueca",
porque está en el descanso del camino
y en la mesa "quería" con mi
vieja.
11)Me gusta el vino porque me hizo llorar no
sé por "onde"
cuando salí a tomar, una vez, con los amigos,
y traté de mostrar que ya era un hombre,
cuando no se me secaba ni el ombligo,
"iñor".
13)Me gusta el vino porque me hizo daño
cuando me tocó el olvido, hace algún tiempo,
y me lo pasé tomando, me acuerdo, casi un
año
y no pude arrancármela de
"aentro".
15)Me gusta el vino porque no
"jué" vicio,
más bien "jué" una lección bien
"aprendía"
la vida nos exige sacrificios
y no puede andar tirando "por
ahí", uno, la vida.
17) Canto (El chileno toma una guitarras y
simula tocar y cantar)
Allá va la muerte, me está esperando
allá va debajo de la enramada,
allá va debajo de la enramada.
19)Me gusta el vino porque estoy contento,
porque puse otro cuento en la guitarra,
porque puedo cantar, con sentimiento,
de las cosas y la gente de mi patria.
21)Me gusta el vino al "lao" del
"asao",
de las papas "cocías", la
"ensalá",
al "lao" del ají, del "peure
cuchariao",
ése tan rico que hacía mi "amá".
23)Me gusta el vino el Sábado en la tarde,
y me gusta con harina
el Domingo en la mañana,
y p'a que no me deje feo mi compadre
me gusta el vino casi "toa" la
semana.
25 – (el chileno canta simulando
tocar la guitarra y luego continúa con su parte hasta terminar.)
Allá va la muerte, me está esperando,
allá va debajo de la enramada,
allá debajo de la enramada.
(Deja la guitarra y se dirige al público.)
Vaya ahora un consejo,
en serio, p'al que quiera,
hay que medirse p'a tomar sin propasarse,
pues,
yo, por ejemplo, de la guata hasta la pera, (Se toca esas partes)
hago seis litros y cuarto,... sin envase.
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(A partir de aquí se regresa al formato
habitual del libreto)
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Acción e Imagen
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Voz, sonido y música
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En la pantalla se
proyectan imágenes de escolares jugando en el patio de alguna escuela rural y
niños caminando o jugando en los callejones de alguna finca.
Efectos de luz
comienzan a sugerir un cambio fundamental el espectáculo.
|
Con fondo musical
apropiado que indique un cambio de cuadro y de tema. El locutor recita:
Como sucede en algunos
cuentos,
La historia vuelve al
principio.
Y en el principio del hombre
siempre encontramos un
niño.
Y los niños de Mendoza
Son iguales... y
distintos.
Ése niño que hoy corre
por los callejones
y se esconde en las
acequias,
Ése que camina tanto
para llegar a su
escuela
y conoce por su nombre
cada pájaro que
vuela...
Que ha visto crecer las
cepas
Y ha borrado su sonrisa
Cada vez que el
horizonte
Se ha teñido de
tormenta.
...Ése será quien se
encargue
De las futuras
cosechas.
Ése niño es la
esperanza
De los que vamos
pasando
¡¡Brindo por él y un futuro
de vendimia y de trabajo!!
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Undécimo y Último
Cuadro Musical: La Niñez - Con la música del
tema “Y ahora cantan los niños”, grabada en este caso con letra propia, la
canción va nombrando a los distintos distritos y parajes importantes de
General Alvear.
Mientras el cantor
canta cada una de las estrofas, nombrando a uno o más distritos o parajes,
grupos de niños (de 3 a 5 por cada estrofa) que representan a esos lugares,
suben al escenario y cantando a coro se unen al estribillo de la canción. Por
su experiencia como cantante y arreglador se propone que la grabación y
representación escénica de este tema esté a cargo del cantautor local “Servando”.
La Letra que llevará en esta oportunidad la canción pertenece al mismo autor
del guión. Al finalizar este cuadro el cantor y los niños permanecen sobre el
escenario.
Para integrar al
público al espectáculo y fundamentalmente a este cuadro final, en algún lugar
del escenario se descuelga un gran cartel con el estribillo a cargo de los
niños.
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Tema Musical:
Y AHORA CANTAN LOS
NIÑOS
Versión Especialmente
escrita para esta fiesta
A continuación, en una
página especial se adjunta la letra de esta canción que será la que cierre el
espectáculo.
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“Y AHORA CANTAN LOS NIÑOS”
Desde el Sur y del Oeste
viene llegando a esta Fiesta
y ahora cantan los niños, de Cochico y Canalejas.
(Estribillo cantado por el
coro de niños)
No más guerras, no más drogas, no más aguas con veneno.
Más estudio, más progreso
y un futuro en nuestro pueblo.
Los de Bowen y Carmensa
también quieren festejar
Se han unido a nuestro
grupo y nos ayudan a cantar
(Estribillo cantado por el coro de niños)
No más guerras, no más drogas, no más aguas con veneno.
Más estudio, más progreso
y un futuro en nuestro pueblo.
Nunca dejaron la lucha, quieren el tren
en sus vías
Son de Oeste, Pueblo Luna, y hoy nos
cantan su alegría.
(Estribillo cantado por el coro de
niños)
No más guerras, no más drogas, no más aguas con veneno.
Más estudio, más progreso y un futuro en
nuestro pueblo.
El Nevado, El Juncalito,
La California y El Ceibo
Han subido al escenario y
se unen al festejo
(Estribillo cantado por el
coro de niños)
No más guerras, no más drogas, ni venenos en nuestras
aguas,
Más estudio, más progreso
y un futuro en nuestro pueblo.
La Escandinava ha llegado
junto con Los Campamentos
Sus niños suben ansiosos
de unirse a este festejo
(Estribillo cantado por el
coro de niños)
No más guerras, no más drogas, ni venenos en nuestras
aguas,
Más estudio, más progreso
y un futuro en nuestro pueblo.
Compuertas Negras, Los
Ángeles, Boliche Blanco, El Desvío
Dicen presente en la
fiesta mientras se acercan sus niños.
(Estribillo cantado por el
coro de niños)
No más guerras, no más drogas, no más aguas con veneno.
Más estudio, más progreso
y un futuro en nuestro pueblo.
La Montilla, El Pozo
Hondo, El Ventarrón y La Mora
También suben a cantar
esta canción que los nombra.
(Estribillo cantado por el
coro de niños)
No más guerras, no más drogas, no más aguas con veneno.
Más estudio, más progreso
y un futuro en nuestro pueblo.
Poste de Hierro se acerca
junto con La Marzolina
Estos niños que han subido
han crecido en esas viñas.
(Estribillo cantado por el
coro de niños)
No más guerras, no más drogas, no más aguas con veneno.
Más estudio, más progreso
y un futuro en nuestro pueblo.
Kilómetro Ochenta y Cuatro
viene con Corral de Lorca
Esta fiesta los ha unido y
nos cantan esta copla.
(Estribillo cantado por el
coro de niños)
No más guerras, no más drogas, no más aguas con veneno.
Más estudio, más progreso
y un futuro en nuestro pueblo.
Aunque viven en el centro
quieren mucho a su paisaje
Son los niños de Ciudad
que nos brindan su homenaje.
(Estribillo cantado por el
coro de niños. Aquí suben también los chicos Down.)
No más guerras, no más drogas, no más aguas con veneno.
Más estudio, más progreso
y un futuro en nuestro pueblo.
Seguirán brotando niños en
las viñas de mi tierra
En las parras de la vida
siempre tendremos cosecha.
(Estribillo cantado por el
coro de niños)
No más guerras, no más drogas, no más aguas con veneno.
Más estudio, más progreso
y un futuro en nuestro pueblo.
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Antes de que terminen
los aplausos el locutor recita con énfasis:
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Locutor:
¡¡Qué suerte tienes, Alvear,
con la gente que te puebla!!
¡¡Los que se han ido, vendrán,
ellos no dejan la tierra!!
¡!En las viñas de la vida
siempre tendremos cosecha!!
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Para terminar se
proponen dos opciones:
La primera sería
repetir la canción anterior, completa o una parte, en este caso sumando a los
niños del coro a todos los artistas que han participado del espectáculo.
La otra opción es
comenzar inmediatamente con la Marcha
de la Vendimia dando por terminado el espectáculo.
FIN
|
FIN
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Rubén Antolín Heredia - 2006
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